Las abejas...

LAS ABEJAS Y LOS AUTORES CLÁSICOS

Entre los autores clásicos se destacan, en el museo, las siguientes referencias relacionadas con el mundo de las abejas:

HOMERO (s. VIII a.C)  ya hablaba en sus textos sobre el origen divino de las abejas.
ARISTÓTELES (s. IV a.C.) en «Historia de los animales», IX, 38 escribe: «frente al orden admirable que se observa en una colmena no retrocede ante la creencia de que está regido por una inteligencia divina» y en otro lugar «entre todos los insectos y aún entre todos los animales, los más industriosos son las hormigas y las abejas«.
DÍDIMO, en Geopónicas, XV, 3 escribe: «la mosca de la miel es más sabia y más industriosa que ningún otro animal y casi se acerca a la inteligencia del hombre: su obra es verdaderamente divina y sumamente útil al género humano»
Rutilio Tauro Emiliano PALADIO (s.IV a.C.) en su obra «De re rustica» (Tratado de agricultura) que consta de 15 libros, en los que escribe sobre prácticas agrícolas de su tiempo, tiene varios capítulos dedicados a las abejas.
ARISTÓMACO de Soles (s.III a.C.) se dedicó a la observación de la naturaleza, dedicando cincuenta y ocho años al estudio de las abejas. Dejó escritos sobre agricultura y fue citado con frecuencia por Plinio.
Marco Terencio VARRÓN (117-27 a.C.), lugarteniente de Pompeyo, fue nombrado por Julio César director de las bibliotecas públicas. Escribió «Rerum rusticarum» (De agricultura) y en los capítulos III y XVI habla sobre la agricultura.
Publio VIRGILIO Marón (70-19 a.C.), poeta romano escribió las Bucólicas, las Geórgicas y la Eneida. Las Geórgicas es un tratado de agricultura que informa sobre las labores agrícolas y la vida rural. Consta de 4 libros, dedicando el IV al cuidado de las abejas y en él se hacen analogías que sirven para elogiar el gobierno de su amigo y emperador Augusto.
PLINIO el viejo (23-79 d.c.) era naturalista, escritor y militar romano siendo Procurador de la Hispania romana alrededor del año 73. Escribió «Historia natural» recopilando en 37 libros importantes conocimientos científicos de la antigüedad como la botánica, zoología, mineralogía, medicina y etnografía. El libro XI está dedicado a la zoología y a los insectos, donde habla de las abejas.

Busto de Aristóteles en Roma

Virgilio escribiendo las Geórgicas

Historia Natural de PLINIO

Recordamos a los autores clásicos en el museo con un cuadro:

Panel del museo dedicado a la referencia de autores clásicos sobre las abejas en sus textos

LAS ABEJAS EN EL QUIJOTE

Las inumerables referencias a las abejas en el mundo literario también aparecen con Miguel de Cervantes en su obra «El ingenioso hidalgo  Don Quijote de la Mancha», donde hizo alusiones a la miel y a las abejas. Lo vemos recogido en este cuadro con las referencias encontradas tanto en la primera parte del libro como en la segunda.

Cuadro que recoge los capítulos de El Quijote con referencias a las abejas y la miel

ANTONIO MACHADO Y LAS ABEJAS

Abejas, miel y colmenas están presentes en la obra poética de Antonio Machado. Veremos algunos de sus poemas:

En su libro «Soledades, galerías y otros poemas», publicado en 1907, la colmena es la imagen de la esperanza, simbolizando la posibilidad de transformar el pesimismo del autor en alegría.

«Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una colmena tenía
dentro de mi corazón;

y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas,
blanca cera y dulce miel».

Muchas de las composiciones de Antonio Machado responden al simple amor por la Naturaleza.

PROVERBIOS Y CANTARES: XVIII

«Buena es el agua y la sed;
buena es la sombra y el sol;
la miel de flor de romero,
la miel de campo sin flor».

CANCIONES DEL ALTO DUERO
Canción de mozas el nº III:

«Colmenero es mi amante
y, en su abejar,
abejicas de oro
vienen y van.
De tu colmena,
colmenero del alma,
yo colmenera».

Por pensar que las emociones son intransferibles, es por lo que aconseja en
Proverbios y Cantares. LXVII:

«Abejas, cantores,
no a la miel, sino a las flores».

En Campos de Castilla, refiriéndose a las moscas.

«inevitables golosas;
que ni labráis como abejas;

ni brilláis cual mariposas».

Refiriéndose al simbolismo utilizado en la obra de Machado, para el poeta la poesía y los poetas son las abejas, mientras que las colmenas y la miel son el poema.

En su obra Campos de Castilla (Poema Recuerdos), refiriéndose a Soria hace referencia al Guadalquivir, ya que en abril es un poco pronto para que la enjambrazón tenga lugar en tierras sorianas.

«y al sol de abril los huertos colmados de azucenas,
y los enjambres de oro, para libar sus mieles
dispersos en los campos, huir de sus colmenas;»

En Campos de Castilla, Parábolas, Profesión de fe, VIII, escribe:

«Cabeza meditadora,
¡qué lejos se oye el zumbido
de la abeja libadora!
Echaste un velo de sombra
sobre el bello mundo, y vas
creyendo ver, porque mides
la sombra con un compás.
Mientras la abeja fabrica,
melífica, (…)»

En el libro «Antonio Machado, el largo peregrinar hacia la mar», de Monique Alonso, se nos narra la vida de don Antonio durante su últimos 3 años.
«Viviendo en Rocafort (Valencia), el Poeta colaboró en la confección de unas tarjetas postales, por iniciativa de Giner de los Ríos, ministro de Comunicaciones del Gobierno de la República, para que los niños refugiados en lugares alejados del frente pudieran comunicarse gratuitamente con sus padres que se habían quedado en zona de guerra».

Además de un medio de comunicación, era una obra de arte y pedagógica. En una de ellas, se ve en la imagen a unos niños que cuidan de un jardín, con la siguiente inscripción, atribuida a Antonio Machado:

«Si viene la primavera,
volad a las flores, como abejas;
volad a las flores, niños;
No chupéis cera»

Tarjeta postal de Antonio Machado

Recordamos a Antonio Machado en el museo con un cuadro:

Cuadro-panel dedicado a Antonio Machado y las abejas

La literatura y su influencia en la pintura
Cupido aparece como un niño angelical que va siempre con su arco de madera y flechas, representando,  el amor. Es el hijo de Venus y Marte.
Su relación con la miel, proviene de un pasaje narrado por Teócrito (poeta griego, siglo III a.C), en su obra «Idilios», en el que se ve a continuación:
«En cierta ocasión, Cupido, mientras intentaba robar miel de un panal, fue picado en todos los dedos por una abeja cruel. El pequeño dios sintió un dolor agudo y, pataleando y saltando nervioso arriba y abajo, le enseñó a Venus dónde le habían (picado) herido, lamentándose mientras de cómo un insecto tan pequeño como la abeja podía hacer tanto daño. Entonces, la madre lanzó una sonora carcajada e hizo notar a su hijo lo parecido que él mismo era a dicho insecto, tan pequeño y tan peligroso, capaz de inflingir grandes heridas«. Dibujo presente en el cuadro de autores clásicos.

Alberto Durero «Cupido como un ladrón de miel»

©  El museo de las abejas  –  2024  –  Félix Castaño  ~ José Antonio Gómez